viernes, 3 de junio de 2011

Adios, Fer

Un dramático discurso frente al cañón de una escopeta vacilante, un forcejeo incauto y un fuerte disparo. Lo que ha durado más seis temporadas, ha desaparecido con la ensordecedora explosión de un casquete de bala.

Un desgarrador grito después del terrible silencio de la sorpresa, y el sonido de un peso muerto cayendo al suelo. Los latidos de mi corazón han parado durante un momento, y las lágrimas se han desbordado por mis mejillas. Era el fin, no había vuelta atrás. Todos en nuestras casas sabíamos que era lo que tenía que pasar, que Fer no podía morir de otra forma, y no iba a sobrevivir, que era lo que estaba escrito.

El grito de David, el dolor de Yolanda, la perplejidad de Alma, Álvaro, Jon, Daniela y el propio Toño, que le mató. Era un dolor tan real, las caras descompuestas de los profesores eran tan verosímiles, y las lágrimas intencionadas de Adrián Rodríguez tan sinceras...

Son actores... bueno, ¿y qué? ¿Quién no sintió el disparo en su propio ánimo? ¿A quién no se le cambió la expresión cuando lo oyó? ¿Acaso no podemos estar seguros de que más de uno se tapó los ojos en su casa, prediciendo la catástrofe? Fer se lo merece, Fer merece una muerte tan espectacular, Fer merece ese homenaje, y Fer merece que la serie muera con él.

Es un personaje, interpretado por Javier calvo, nada más... ¿nada más? lo dudo. Fer ha sido, es y será siempre un modelo. Un modelo de superación personal, de enfrentarse a sus miedos y luchar por defender lo que uno es y lo que ama. Fer es el modelo de héroe de nuestra generación, y si conocemos a alguien que se le parezca lo más mínimo, debemos estar orgullosos.

Para mí, Fer supuso un antes y un después. Fer fue un modelo, una inspiración, un pequeño empujoncito al abismo para que aprendiese a volar solo. Fer fueron risas, ilusiones, desesperaciones y, ahora y en última instancia, lágrimas. El fin de Fer es el fin de algo dentro de mí. No sé si será una coincidencia, o un iluso pensamiento generado por el dolor de cabeza propio del llanto, pero... la muerte de Fer, de esa idea, ese ideal, más bien, que me acompañaba, ha supuesto el final de ese empujón que empezó un año ha; ya he aprendido todo lo que podía aprender de su figura, ya no necesito nada más de él, más que el buen recuerdo y el cariño por tan entrañable personaje.

Adios, Fer. Muchas gracias... gracias por todo. Descansa en paz.

2 comentarios:

  1. ai mi pequeñajo, qué guapo es! a ver si te pillo mañana y lo comentamos (((((Pablito)))))

    ResponderEliminar
  2. adiós fer, gracias x enseñarme a superar y tratar de cambiar el mundo... eres una martir, que da su vida y la sacrifica... tu no fuiste egoista, seras un ANGEL y te tendre cerca de mi corazon :'(

    ResponderEliminar