domingo, 27 de junio de 2010

Carta a mí mismo.

A veces, las cosas ya han avanzado demasiado como para empezar a solucionarlo ahora. Las cosas empezaron a cambiar hace mucho tiempo, y tú lo sabías, pero seguías a tus historias y a tus problemas. ¿Qué tienes ahora? Ahora, estás fuera de lugar. No eres más que un simple sustituto, un "porsiaca". Sigues ahí, pues porque te tienen cariño, no porque seas necesario nunca más. Ese cariño es a lo único a lo que puedes aspirar a partir de ahora, porque has dejado que las cosas vayan muy lejos. Demasiado lejos. 

Tampoco se puede hacer nada, es decisión de las personas, y no tuya. Te duela o no, las cosas ya no funcionan como antes, y en este nuevo mecanismo, no eres necesario. Has pasado a un segundo plano, y desde este plano, no puedes hacer nada para evitarlo. Quizá deberías resignarte a la nueva situación. Las cosas cambian, ya irá todo diferente. Quizá también deberías luchar por "lo que es tuyo". Pero, ¿qué es tuyo? ¿Acaso es tuyo aquello que te han quitado de forma legítima? Por muy tuyo que fuera, ya no lo es. 

Resígnate. Sé un amigo de segunda. Tampoco es tan duro. Sabes que, por cómo eres, tú te vas a seguir comportando como hasta ahora. Tienes la enfermiza costumbre de tratar a la gente con mucho cariño y cercanía, con la esperanza de recibir el mismo trato. Sin embargo, las cosas no funcionan así, y lo sabes. La gente te tratará como crea conveniente y como lo sienta, no por cómo les trates tú.  

Sinceramente espero que las cosas te vayan mejor y el verano cambie la situación, porque el verano para estas cosas es maravilloso. Sin embargo, no tengas mucha esperanza. Cuando algo así se establece, no lo puedes evitar, y es difícil de cambiar... Sólo te queda estar ahí, como siempre has hecho, y ayudar en todo momento. Puede que así, aunque estés fuera de lugar, vuelvas a escalar puestos. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario